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EL PARLAMENTO EUROPEO LLAMA LA ATENCIÓN ANTE EL DETERIORO DE SALUD MENTAL EN MUNDO LABORAL DIGITAL


El Parlamento Europeo, a través de la Resolución de 5 de julio de 2022, sobre la salud mental en el mundo laboral digital (2021/2098(INI)), se carga de razones para pedir a la Comisión y a los Estados miembros que creen los mecanismos suficientes para la mejora de la salud mental y la seguridad de los trabajadores, especialmente por lo que respecta a la evaluación y la gestión de los riesgos psicosociales.


La norma empieza a exponer una serie de consideraciones sobre la salud mental:


La OMS define la salud mental como «un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad», y está vinculada a otros derechos fundamentales, como el derecho a la dignidad humana y el derecho a la integridad de la persona.


Por lo que respecta a la pandemia de COVID-19, ha implicado una serie de consecuencias:


- Han cambiado las condiciones de empleo de muchos trabajadores en Europa, con repercusiones en el tiempo de trabajo, el bienestar y el entorno físico del lugar de trabajo, sometiendo a los trabajadores sanitarios y esenciales a presiones extraordinarias, debido a la falta de protección y a miedos relativos a su seguridad, lo que ha tenido un impacto psicológico negativo. Comprender los problemas de salud mental en el lugar de trabajo no solo significa ser consciente de los trastornos mentales (por ejemplo, la depresión), sino también tratar de promover el bienestar y concebir y aplicar medidas y tratamientos adecuados para gestionar estos trastornos.


- Se produjo un fuerte aumento de las responsabilidades de cuidados en combinación con el trabajo, lo que afectó de forma desproporcionada a las mujeres y amplió la desigualdad de género en los cuidados no retribuidos, y acabó teniendo un impacto negativo en la salud mental de las personas con responsabilidades asistenciales, ya que muchos trabajadores tuvieron que hacer frente a un estrés mucho mayor.


- El aumento del teletrabajo ha implicado, en muchos casos, una excesiva conexión, la difuminación de las líneas entre la vida laboral y la vida privada, una mayor intensidad del trabajo y del estrés tecnológico. Si bien el teletrabajo puede beneficiar a los trabajadores a conciliar y a las empresas a ser más productivas, también debe salvaguardarse y promoverse el derecho a la salud física y mental de los empleados.


En relación a los riesgos psicosociales (los riesgos sanitarios más prevalentes asociados al teletrabajo), hay que destacar lo siguiente:


- Una mayor prevalencia del teletrabajo está vinculada a horarios de trabajo prolongados y a estrés laboral. Los riesgos psicosociales pueden tener consecuencias psicológicas, físicas y sociales negativas, como la ansiedad relacionada con el trabajo, el agotamiento profesional o la depresión.


- Las condiciones laborales que conducen a riesgos psicosociales pueden incluir una carga laboral excesiva, cometidos o instrucciones contradictorios, falta de claridad en relación con las propias funciones, falta de participación en la toma de decisiones que afectan a los propios trabajadores, mala gestión de los cambios organizativos, inseguridad laboral, comunicación ineficaz, falta de apoyo de la dirección o de los compañeros de trabajo, acoso psicológico o sexual y violencia por parte de terceros.


- Los Estados miembros no tienen las mismas normas y principios comunes jurídicamente vinculantes en relación con los riesgos psicosociales, lo que da lugar a una desigualdad de facto en la protección jurídica de los trabajadores.


- Cada vez son más los empleadores que utilizan herramientas digitales (aplicaciones, software e inteligencia artificial – IA-) para gestionar a sus trabajadores. En este sentido, la gestión algorítmica plantea nuevos desafíos para el futuro del trabajo, como el control y la vigilancia habilitados por la tecnología mediante herramientas de predicción y marcado, el seguimiento a distancia y en tiempo real de los avances y del rendimiento y el control del tiempo, y puede entrañar importantes riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores, en particular su salud mental, su derecho a la intimidad y su dignidad como personas. Por tanto, debe regularse la nueva economía digital para fomentar la prosperidad compartida y garantizar el bienestar de la sociedad en su conjunto. Se hace necesario una definición nueva y más amplia de salud y seguridad en el trabajo, en la que ya no puede prescindirse de la salud mental.


- Teniendo en cuenta que uno de cada cuatro trabajadores europeos considera que el trabajo tiene un impacto negativo en su salud, los problemas en el ámbito laboral que afectan a la salud mental incluyen el agotamiento profesional, el síndrome de desgaste profesional, el estrés, el acoso, la violencia, la estigmatización, la discriminación y las limitadas posibilidades de crecimiento o promoción, lo que puede derivar en el consumo perjudicial de sustancias o de alcohol, el absentismo y la consiguiente pérdida de productividad.


- A nivel económico, el coste de las enfermedades mentales en 2015 se estimaba en más del 4 % del PIB en todos los Estados miembros, mientras que el coste de la depresión relacionada con el trabajo es una de las principales causas de incapacidad y se ha estimado en 620.000.000.000 EUR al año. En este sentido, los presupuestos relacionados con la prevención de todos los Estados miembros de la Unión siguen siendo bajos, situándose en el 3 % del total de gasto en salud.


- Los empleadores tienen el deber de proteger la salud y la seguridad de los trabajadores en todos los aspectos de su trabajo, incluyendo el teletrabajo.




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